miércoles, agosto 20

No todo es [+] malo

Al terminar de leer esta entrada, quien me conoce, pensará que escribí borracho o con algún tipo de arma amenazando mi vida. Y es que en honor a la justicia escribiré algo bueno de la administración de Gustavo Petro.

Estoy convencido (y creo que la realidad me hará mantenerme allí) que el actual Alcalde de Bogotá es un brillante político que perdió su cuarto de hora (4 años) y continua con méritos el proyecto de acabar con la ciudad a como de lugar. Sin embargo, hay un aspecto en el cual se ha destacado y es la educación pública.

Asumo que este éxito no se debe en tanto a él, sino a un excelente grupo humano que lo ha sabido asesorar en este campo y que ha aguantando su extraño liderazgo.  La administración que encabeza sigue adelante con la ruta trazada desde los buenos gobiernos locales de antaño donde la educación se viene dignificando con espacios construidos pensando en los estudiantes y con iniciativas de apoyo a los docentes para su cuantificación académica y humana. El presupuesto para la educación se ha incrementado en un porcentaje inaudito en otros tiempos y los proyectos complementarios como 40x40 dicen mucho de los objetivos estructurales de una ciudad que ve en la educación una real posibilidad de desarrollo.

Si bien la historia demostrará que estos cuatro años se suman a los 8 anteriores de total desastre, también esos mismos relatos tendrán que dar cuenta de una administración que puso en el centro la educación para lograr que Bogotá sea una ciudad con colegios donde los niños pueden serlo y en donde aprenden a saber vivir bien.  ¡Buena Gustavo!

lunes, marzo 24

No tiene mar pero tiene ciclovía

El título de esta entrada era el concepto publicitario que se uso hace algún tiempo para promocionar esa magnifica idea de darle paso a los peatones y a los ciclistas los fines de semana para que se tomaran la ciudad y que este mes cumple 40 años de existencia.

La ciclovia bogotana ha marcado la vida de la mayoría de nosotros en los últimos años. Salir a ver gente, salir a hacer ejercicio, salir a recorrer la ciudad de otra forma son algunas de las cosas que nos han dejado estas decenas de kilómetros entregados al ciudadano.

Entre las muchas cosas que han permanecido en el imaginario urbano han sido estos ríos de personas que cada domingo y algunos festivos recorren la ciudad en medio del color, la alegría, la música, los vendedores y muchas más imágenes que como íconos se van quedando en nuestra memoria.

La cicla como medio de transporte se impone poco a poco, por supuesto falta mucho para que nuestro DC sea un espacio amigable para los ciclistas, pero así sea los domingos, este espacio es de ellos y cada vez que la rueda gira miles de sonrisas de mezclan sin importar las clases, la política o el alcalde de turno. ¡Viva la ciclovía!

¡Feliz cumpleaños ciclovía bogotana!

martes, febrero 25

De Gustavo Petro y otros errores

El señor tiene buenas ideas pero no sabe ejecutarlas. Es un hombre popular pero poco carismático. Ganó democráticamente y aún está en deuda. Sus programas de gobierno se han ido desarrollando, no al ritmo que una ciudad como Bogotá requiere y por supuesto ha hecho cosas, sería ridículo que con el presupuesto de la ciudad y con su estructura administrativa no se haga nada.

Sus programas sociales son interesantísimos y necesarios. Su mirada hacía los pobres salvan el resto de su mala administración. Gobernar para todos es una premisa que pocos cumplen. El caso de Petro es paradigmático. Propone una lucha de clases al estilo chavista y cualquier persona que discrepe de él, es un oligarca, fascista y enemigo del pueblo.

El desorden actual de la ciudad es latente. No hay autoridad. Cada cual hace lo que quiera y eso es lo más alejado de la idea de ciudad que hay. Sus grandes programas como el SITP (heredado de administraciones anteriores) y Basura Cero son un ejemplo de sus muy buenas propuesta echadas a perder. La cultura ciudadana se resume en un ejército burocrático que no hace pedagogía y si se gastan millones en uniformes y capacitaciones que resultan inoperantes. El sistema Transmilenio pasó de ser un ejemplo de talla mundial a ser una de las nuevas vergüenzas capitales. Es cierto que él no ha inventado el sistema, pero tanto él, como sus dos predecesores, lo olvidaron, no lo desarrollaron y entonces vivimos tiempos caóticos.

Petro detuvo la ciudad, hizo lo impensable, transformar a la capital un muy buen mal ejemplo de lo que pasa cuando la terquedad y la onmipotencia llegan al poder. Cuando el resentimiento le gana a la posibilidad de hacer historia, una muy buena historia.