martes, marzo 13

Una vez más nuestro Transmilenio.

La rabia se siente en el ambiente. El servicio de Transmilenio es deficiente, demorado y caro. Destruirlo  fue la opción de quienes querían protestar. El modo no es aceptable, la causa si. La empresa, junto con la administración distrital, deben oír técnica y políticamente, lo que paso hace unos días. Los que recordamos la Caracas antes del Transmilenio esperamos que esas épocas no vengan; y para evitarlo se requiere estudios, estrategias y acciones que no pueden prolongarse en el tiempo.

Pero la cuestión del sistema, una vez se consideren los aspectos logísticos, es la educación de los ciudadanos. No basta con pedir más buses, si los que existen son mal usados. Esto es, desorden para subir y bajar de los articulados, irrespeto por los turnos de llegada y otros aspectos que están en la manera personal de entenderse como ciudadano.

Pidamos u mejor servicio y exijamos de los ciudadanos una mayor colaboración.