sábado, julio 21

[+] sentido común

Hace unos días aparecía un artículo de prensa sobre los porqués del deterioro de la imagen del sistema de transporte masivo Transmilenio. Es innegable que subirse a los rojos es toda una odisea. Ya sea por el sobrecupo o por las demoras en las frecuencias o por otras razones más. Sin embargo, me gustaría imaginarme este poco eficiente sistema (que espero mejore), si sus usuarios fuéramos más ordenados y disciplinados.

No ha habido poder humano y creo que tampoco divino, que nos haga entender que es mejor para todos si dejamos salir primero, para luego entrar. Hay que ver esa lucha por ingresar como sea. ¿Filas? ¡esa palabra existe!, no faltan los que se hacen que no es con ellos y se van haciendo frente a la puerta sin importar que hay siete, ocho o hasta diez personas que si están haciendo la fila. ¿Y qué me dicen de los dueños de las puertas? No se mueven a pesar de qué el pasillo o el centro del bus esté vacio. Son sordos a las voces que les piden moverse. Siempre he sospechado de estas personas o les gusta ser estrujados o les gusta estrujar para llevarse celulares, billeteras o cualquier elemento. Claro hay momentos que ni pasillos, ni nada está vacío. Creo que por ahora lo único que funciona en cuanto a cultura ciudadana es el respeto por la silla azul. Tal vez sea por el signo y el valor que le hemos dado todos. Por eso creo que una de las grandes carencias de Transmilenio es la falta de educación ciudadana. No basta con señales informativas, no basta con informadores de Misión Bogotá. Esto tiene que ser repetitivo en muchos medios y con mucha frecuencia. La cultura Transmilenio tiene que construirse y mantenerse en el tiempo. Ejemplo claro es el Metro de Medellín, muchos años en funcionamiento y aún le repiten al usuario las normas básicas de su utilización.

Así que la administración a mejorar el sistema: necesitamos más frecuencias, más buses y más educación. Y nosotros: sentido común. Dejar salir, luego entrar y eso sí: protestar cuando la gente no cumple, la presión social funciona.

jueves, julio 5

Unidos por la Paz

Los colombianos nos hicimos sentir. Hoy por primera vez en la historia 40 millones de colombianos elevamos nuestra voz como símbolo de protesta por años de violencia, masacres, torturas y atropellos. Años en que hemos visto cómo se nos escapan las ilusiones y los sueños de tener un país en paz, donde podamos vivir sin tener que escuchar el sufrimiento de tantas familias que no tienen cerca a sus familiares o tuvieron que dejarlo todo por estar en medio de la guerra.

La marcha de hoy fue histórica, Miles y miles de colombianos cogidos de la mano, sin conocerse uno al otro pero unidos por un solo sueño: la Paz. Esto demuestra nuestra frustración e impotencia por más de 40 años de violencia generalizada. Una violencia que al principio nos era indiferente, pero que con el pasar de los años nos hace más partícipes del sufrimiento de los colombianos.

Es cierto. Nos demoramos mucho. Cuantos tuvieron que morir, cuantos tuvieron que sufrir las consecuencias de un conflicto que está destruyendo cada vez más al país y a sus ciudadanos? Pero creo firmemente en que nunca es demasiado tarde. Con nuestros gritos, con nuestro rechazo podemos también demostrar, que aunque no hemos vivido en carne propia el conflicto que vive el país, sí podemos hacer algo para cambiar la situación.

Ojalá estas actividades nos sensibilicen para no querer soportar más tragedias. Para decir NO a todas las acciones violentas y para gritar por la paz y la libertad.